De dentista a fisioterapeuta a domicilio por llevarle la contraria a mi padre

¡Ey atiende! Te quiero decir algo. Al final de esta página tienes un regalo. Ahí lo dejo.
Me llamo Alejandro, puede que mi vida te interese muy poco (no lo sé). Si hay tanta gente viendo la isla de las tentaciones o uno de esos programas donde el cotilleo es lo que mola, quizás te interese saber algo sobre mí.

Así fue como sucedió

Desde niño siempre oía a mi padre decir que los dentistas eran los que más ganaban porque te cobraban un pastizal por cualquier tontería.

Esto lo escuché durante años y eso se me metió en la cabeza hasta el punto que estudié 2 cosas relacionadas con el mundo de las bocas, protésico dental e higienista bucodental. Para luego estudiar la carrera de odontología y tenerlo todo.

Hice las prácticas y no me gustó nada ver bocas malolientas, llenas de sarro que parecían bloques de hormigón e incluso con trocitos de carne putrefacta, además veía al dentista que tenía que ser muy manitas, cosa que por mucho que me esforzaba no lo era.

Me hice amigo de uno de los dentistas y me dijo “Tampoco se gana tanto, hay muchos gastos, tengo hijos y a ellos le desaconsejaría seguir mis pasos”

Entonces se juntaron el hambre con las ganas de comer y….

Una noche, le dije a mi padre “No voy a matricularme en odontología, lo haré en fisioterapia”.

En el 2008, me importó un pepino su opinión y me lancé a estudiar fisioterapia. En parte quería llevarle la contraria porque estaba cansado de ser obediente sin preguntarme a mí mismo, ¿Qué es lo que realmente quiero?

También es cierto que tenía la picha un lío y no encontraba mi sitio.

¿Por qué fisioterapia?

Recordé el éxito que tuve en el verano del año anterior cuando en la piscina del club social empecé a hacerle un masaje en el cuello a una amiga de mi madre, se quedaba dormida… la tía lo flipaba conmigo. Roncaba y todo jeje.

Desde entonces siempre que me veía con mi madre me decía “Anda Alejandro dame un masajito que tengo el cuello fatal”.

Eso hizo que más amigas de mi madre quisieran un masaje.

Por eso me decidí por fisioterapia y nada más salir de la carrera, me colegié.

Creía que iba a encontrar trabajo fácil, pero me comí un mojón y me puse las pilas de otra manera.

¿Cómo?

Pegando carteles en las farolas para encontrar mis primeros pacientes. Y de ahí nació mi emprendimiento para empezar con esto tan poco conocido (en 2012) como es la fisioterapia a domicilio. Vaya que somos pioneros en Sevilla.

Me gustó tanto que le cogí el gustillo y aquí estoy, aquí sigo y aquí me quedaré si no me toca la lotería.

Con los años empresas del sector sanitario han querido trabajar conmigo por mi forma de hacer las cosas y por lo contento que salía la gente, parece que me hice famosete.

La Fundación Tutelar TAU y la Hispalense de Apoyos están con nosotros. Además del Hospital San Agustín en Dos hermanas y el Centro Neurológico de Sevilla.

Algo bien estaremos haciendo, no sé, eso lo valoras tu claro está.

No todo iba a ser guay del Paraguay. Me engañaron, me timaron y casi abandono el barco de la fisioterapia.

En 2021 nació mi hijo con problemillas porque fue muy prematuro, además mi mujer rompió aguas antes de tiempo y tuvo que estar ingresada 1 mes antes del nacimiento de mi hijo.

Yo estaba muy estresado, preocupado y llevando muchas cosas para adelante (trabajo, casa y estar en el hospital).

Necesitaba a un fisio que me sustituyese porque iba a explotar, lo raro es que no encontré a nadie. No sé qué pasó entre los meses de mayo a julio, pero no encontré a ningún bendito fisio.

En aquel entonces 2 de mis fisios (sobretodo uno de ellos) llegó a ser mi mejor amigo, el otro no, sin embargo, ambos contaban con mi respeto y confianza plena.

Entre los dos trataban al 50% de los pacientes.

Peeeeero…

Se fueron con mentiras, me dijeron que se iban porque habían encontrado trabajo en otro sitio (cosa que me parece perfecto). Cada uno se fue en tiempos distintos para no ser muy cantoso. Uno se fue en junio y el otro en septiembre.

Además, llevaban (sobretodo uno de ellos) robándome pacientes desde hacía un año. Yo notaba cosas raras, pero seguí confiando.

Llámeme gilipoyas. De todo se aprende te lo aseguro.

Total, se fueron, me robaron, me mintieron. Montaron una empresa igual que la mía acosta de mis pacientes. No empezaron de 0 como yo.

Repito montaron su empresa con un montón de pacientes míos.

Me di cuenta gracias a una paciente de confianza que me dijo que los vio por Whatsapp (me bloquearon del Whatsapp para que yo no les viese)

Lloré de impotencia durante muchos meses, me cabreé conmigo mismo por haber sido tan tonto.

Sin embargo, gracias al apoyo de a mi mujer, mi hijo, mi familia y amigos (los de verdad), salí adelante.

Mis padres me dieron siempre una buena educación, no robar y ser humilde siempre.

Pero desde lo que pasó, más llevo a fuego el hecho de la transparencia y confianza.

Me podré equivocar como todo ser humano, no soy perfecto, pero jamás me podrás tachar de falso, vendehúmos y sinvergüenza.

Eso mejor se lo dejamos a fulanito y a menganito.

Pero bueno eso ya pasó a la historia, aprendí de mis errores. Ahora te voy a presentar a mi equipo.

Tengo un ejército dispuesto a todo para que tu día sea mejor que el anterior.

Un coronel (servidor), 6 sargentos y una espía infiltrada. Todos fisioterapeutas del ejército sanitario de su majestad Dolores I de pies a cabeza.

Alejandro Caraballo

Diplomado en Fisioterapia y CEO NeuroFisio Sevilla.

Jesús Diego Acosta

Diplomado en Fisioterapia

Carlos Damián Álvarez Larios

Graduado en fisioterapia

Jesús Burgos Rodríguez

Graduado en fisioterapia

Francisco Lorenzo

Graduado en fisioterapia

Borja Nimo Quiñonero

Graduado en fisioterapia

Miguel Román Benítez

Graduado en fisioterapia

Marta Méndez del Barrio

Diplomado en Fisioterapia

Aquí tienes tu regalo

Se me olvidaba… si has llegado hasta aquí significa que te has tragado toda mi historia, nada más por eso te mereces hasta un monumento por tu barrio.

Deja aquí tu correo y te mando un audio donde te cuento cuales son las claves para ir menos al fisio, si lo que oyes, quiero que vayas menos al fisio.

¿Por qué soy un alma caritativa?

Nada de eso, porque quiero que cuando realmente lo necesites quieras contar con nosotros.

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